Así es, señores: los hombres también tienen un Punto G, que es la glándula prostática y el perineo.
La próstata es una glándula del tamaño de una nuez, que controla las erecciones, la eyaculación y los orgasmos masculinos; y el perineo es el área entre el escroto y el ano.
El perineo no tiene una función específica, pero permite un acceso indirecto a la próstata, y eso, amigos, vale oro.
La próstata por sí misma puede ser accedida a través del pasaje anal, y cuando es estimulada, tiene el poder de generar orgasmos increíbles.